Durante la época
de la Independencia y períodos subsiguientes, las postas eran imprescindibles
apoyos para carruajes y personas que debían recorrer por lo común muchas
leguas, cruzando regiones desiertas. En cada una había relevo de caballos y aún
de postillón; igualmente se proporcionaba descanso a los viajeros de las
carretas y diligencias, sistema que se prolongó hasta entrada la segunda mitad
del siglo pasado. En la nómina de “Postas de Carreras”, publicada en el Anuario
de Correos de 1859, se consigna la posta de Puente de Márquez, distando de
Buenos Aires 4 leguas, es decir 16 kilómetros.
La primera posta
existente en las carreras de Perú, Chile y Paraguay era la de Buenos Aires, la
segunda se ubicaba en la Cañada de Morón y la tercera en la Villa de Luján. Así
lo expresa un artículo sobre la materia insertado en el nº 48 de la revista
“Continente”, marzo de 1951. En “Recopilación de las Leyes de Indias”,
indícase: “Ha de tener el correo mayor número de Postas, muy proveídas de muy
buenos caballos, bien tratados y con buenos aderezos”.
La posta era pues
el conjunto de caballadas prevenidas o apostadas en los caminos a distancia de
dos o tres leguas, para hacer los viajes con celeridad.
Por aquella época
el Puente de Márquez era la única comunicación con el norte del país. El
experto agrimensor José Mario Manso, cuando debió efectuar mensuras por esas
tierras, las ubicó con frente al camino a Córdoba, hoy Av. Gaona, y en cuyas
proximidades, dentro del perímetro de Ituzaingó, sitúa también la antigua Posta
de Pardo, como asimismo, el boliche de Miguel Naón, quien ejercía paralelamente
las funciones de Juez de Paz, de una manera muy particular, con las
características de un caudillo para los pocos pobladores de la zona.
Refiere el
periodista Raúl Goyaud que en la época del 70, se corrían frente al boliche de
Naón famosas carreras y que las fiestas duraban de 8 a 10 días, en cuyo período
las tropas paraban en el lugar por converger allí la paisanada y por la buena
comodidad que encontraban los arrieros para el descanso necesario antes de
continuar hacia otras postas menos convenientes y más alejadas entre sí.
Los caminos
utilizados entonces, cuando aún no funcionaba el Ferrocarril Oeste, eran la Av.
Gaona, más directa hacia Buenos Aires, y la Av. Santa Rosa; el primero llevaba
al oeste, camino Morón-Luján y el segundo hacia el norte, es decir hacia
Hurlingham.
Más tarde fue
abierta la calle Brandsen aunque no buena por los pantanos que se formaban;
éstos, sin embargo, no eran tan difíciles de salvar al igual que los de Av.
Gaona, ya sea en las proximidades del puente como en las cercanías de las
posesiones de Mihanovich. Todo esto cambia fundamentalmente al construirse la
nueva ruta Morón-Luján con un importante puente en el lugar de unión de los
partidos de Merlo y Moreno.