JOSE MIQUEL Y SU MUSEO SANMARTINIANO


El valioso museo histórico y numismático que perteneciera al señor Miquel, eminente sanmartiniano, vecino de Ituzaingó, algunos años después de su muerte fue adquirido por el doctor José B. Rino, de Castelar, y entregado por éste en donación al Museo Histórico Municipal de Morón. Lo componen piezas de extraordinaria valía, como ser la virgen de Ntra. Sra. Del Carmen que los oficiales del Ejército Libertador presentaron al general San Martín, una colección de retratos del Gran Capitán; el retrato con faja del general Soler; numerosos grabados en plata y cobre obtenidos en Perú; piezas arqueológicas de las civilizaciones aztecas, mayas e incaicas; documentos originales firmados por el general San Martín; una talla de la Virgen del siglo XII; dos candelabros del mismo siglo tallados en madera; una imagen de Ntra. Sra. De Luján del año 1780; una virgen romana del siglo XVI; un tótem de más de 3000 años de antigüedad; un Dominiquino del 1500 y otras reliquias.
Estas jo9yas, en su mayor parte, se encuentran expuestas en el museo nombrado.
Los restos del señor Miquel fueron despedidos por el señor Jerónimo Félix Martinelli Massa. En su oración fúnebre dijo: “Es patriarcal la figura de don José Miquel, de este sanmartiniano que llegó a la República cuando apenas contaba quince años de edad, y no regresó a la tierra que lo viera nacer. Este extranjero dedicó sus mejores años en la búsqueda, adquisición y ordenamiento de todo cuanto puede ser materia de museo. Aquellos que tuvimos la fortuna de charlar frecuentemente con este hombre, podemos decir que don José Miquel hablaba con profunda veneración de sus medallas y de esa variedad emotiva del antaño glorioso.
Y cuando hablaba del Santo de la Espada, brillábanle los ojos y en no pocas situaciones, cristalizaba una lágrima. Y había nacido en Cataluña. La Argentina y su historia le ganaron el alma… Ya no veremos más la enhiesta figura de José Miquel, ese porte de señor sin afectación. No presidirá en el hogar familiar las amables tertulias donde el Ave María, palabras escritas sobre el contramarco de su museo, impartía la seguridad de un recibimiento cristiano y cordial. Nos quedará únicamente el recurso de la evocación”.
El 29 de marzo de 1941, el señor Miquel recibió el diploma de miembro correspondiente del Instituto Sanmartiniano del Perú, de manos del coronel Carlos Dellepiane, agregado militar de la Embajada del país hermano ante el Gobierno argentino. Con el auspicio del Centro Cultural Bernardino Rivadavia, el 18 de agosto de 1944, recordándose el 94º aniversario de la muerte del Gran Capitán, disertó el señor Miquel, entregando a la institución un cuadro con su efigie.